Una mirada mas de cerca

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23.1.19

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Creo que todo detona del hecho de querer siempre formar una banda, aunque seamos sinceros no tengo el talento para hacerlo.

así que formamos una especie de dupla colectiva, en la cual cada quien escribiera lo que le daba la gana, pero más que el escribir era esa confidencialidad, la sensación de estar involucrados hasta los hueso en algo, la lealtad que conlleva el proyecto.

Para mi eso es J.

aunque nunca he sido bueno diciendo las cosas, y tal vez no sea así .
ahora, cada uno sigue su rumbo, sus recorridos llenos de melancolía, en nosotros vienen tiempos mejores.
nos toca florecer como hierbas salvajes en las azoteas, a la espera de los primeros rayos del sol.
tocando el cielo a momentos pero atrapados.



Aún nos quedan palabras entre los dedos, el deseo de teclear, esa sensación punzante de decir lo que sea que nos pase por la cabeza-estoy hablando por ambos?- probablemente no.

18.4.18

¿Por qué he de matar el tiempo mientras muero?



Es un duelo ingenuo el pensar que se tiene el control, el creer absurdo que se mata el tiempo entre sucesos, que se le da next al momento de ocio y se llega a lo interesante. Todo esto es una travesía que debe disfrutar por partes. Si todo en la vida fuera tan excitante no tendríamos momentos de emoción verdaderos, aunque hay bajos y altos en diferentes aspectos. Mientras es una sorpresa alcanzar el último bus a casa, tambien lo es ser aceptado en la universidad o incluso dejar de militar.

El despertar se vuelve un fade in con los ruidos cotidianos, el ajetreo de las aves, los autos y mi familia conversando en un volumen un poco arriba del moderado. Conversaciones fluyen acerca de los sueños y rutinas venideras. Los veo manteniendo mi distancia y me doy cuenta de que en algún momento añorare estas mañanas llenas de murmullos, en algún punto cuando esté solo y todos demasiado enganchados para notar que no hay vuelta atrás.

De cierto manera este suceso llamado vida, se asemeja más a un sueño. No tengo idea de cómo he llegado a este punto, no tengo idea de lo que sigue; solamente queda aprovechar los breves espacios de guerra en la trinchera cotidiana. Tomar frente y dar guerra. No todo lo que es guerra tiene finales desastrosos. Queda la guerra a la indiferencia y los viejos conceptos, con un poco de enfoque lo mundano y ordinario puede volverse un suceso único.

Llegará una mañana donde tus problemas dejarán de ser mundano, momentos en los cuales quisieras que tu preocupación fuera el auto que no enciende, o el olvidar pagar la factura de la luz. De nada de esto estamos seguros.

Queda consumirse lentamente, como quien olvida un cigarrillo encendido y el viento le pasa encima acelerando el proceso; una polilla en el incesante golpeteo con la bombilla, creer que hay alguna especie de plan superior que unifica cada uno de nuestros miedos.

Hay quienes ríen ingenuamente de quienes miran frenéticamente el brinco continuo del segundero; otros más revisan de manera constante las notificaciones mientras se dirigen con prisa a ningún lugar en concreto, mientras el semáforo hace el cambio de luces.



What do I want with all these things?

16.11.16

Hola Frank



La alarma ha pasado de largo, no hay tiempo para descubrir el ¿por qué?  Mientras tomas una ducha breve, el poco tiempo para tratar de descubrir cómo te sientes se escapa por la coladera. El almuerzo se ha enfriado antes de tiempo, sales a prisa y descubres que después de todo hace un lindo día y el cielo claro te recuerda que pasarás un largo tiempo entre las paredes de la oficina.

Afuera en el mundo real la gente sigue teniendo los problemas habituales, un tipo toca el claxon esperando mejorar el flujo del tráfico; en la esquina no hay tiempo para dejar a un peatón cruzar, mientras tanto los vendedores ambulantes comienzan a estorbar y la gente de los autos se pone agresiva con las personas incorrectas.

De pronto la pantalla de tu móvil te recuerda a personas que no te interesan del todo y te narra con detalle sus pensamientos, de lo más superficial hasta sus miedos racionales.
Tu billetera ha realizado un viaje en otra dirección, mientras tu estomago te informa que tal vez hubiera sido una buena elección; las horas pasan y no existe el consuelo de algún oasis-bocadillo. Tanto café y las ausencias solo acrecientan la gastritis y el día parece ir más lento que en cualquier otro lugar.

Hay gente entrando, saliendo y saludando cada dos minutos; después de un rato responder el gesto es meramente un reflejo absurdo.

Tu sketchbook grita “vayamos fuera, vaguemos un poco” y prefieres cerrar lentamente la mochila, pues hay una pila de pendientes en tu escritorio que comienza derrapar; la junta se ha adelantado y un idiota insiste en saber que hay de nuevo; caes de pronto en cuenta que no te molesta su insistencia, lo que molesta es darte cuenta que simplemente no hay más. todo sigue un curso absurdamente lineal. El día no ha terminado, aún falta el regreso coincidir con los mismos extraños y transportarse en silencio.

Tu billetera ha regresado y te cuenta lo lindo de su día, el parque, las personas y las aves, pero estas cansado y simplemente quiere estar en algún lugar lejano, donde no existan días como hoy, te envuelves lentamente entre las sabanas hasta quedar dormido.

Al fin encontraste el despertador.