Una mirada mas de cerca

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18.4.22

No. Siempre

 

"Te está llamando el camino
Y no le gusta esperar"

 

No siempre mi padre fue mi amigo, 

un tiempo fue un desconocido que saldaba las cuentas de convivencia en un único día

como bien podía y el trabajo lo permitía

me cargaba en sus hombros y redescubría el mundo para mí

a veces creo que me enseño todo aquello que el anhelaba


No siempre mi padre fue la persona amable y bondadosa de la recta final

supongo que el crecer y la vida te dejan pocas opciones

De joven fue una ira que imponía con su presencia

una prisa constante, como quien se siente observado todo el tiempo 

un huracán que se volvió una depresión tropical

una lluvia que llenaba los envases del pasillo

una lluvia que llenaba el pasillo de envases 


De pronto los tiempos, otras veces los espacios

me convertí en todo aquello que él me enseño

me volví un discurso constante, como quien se sabe escuchado 

y él, abnegado tomo su rol

fue un cambio gradual, un proceso constante

me volví la ira de una tormenta 

azotando a un niño que solo quería jugar en la brisa 

redescubriendo el mundo como un lazarillo

un puente, un bastón, una lupa

 

Donde estarás en el universo, ahora con los brazos extendidos;

profesando tu gentileza, cariño y dulzura.

Nos queda el onírico, pero lo desperdicio el idioteces.


 


25.9.20

Loner






 "Primero estaba dormido, pero antes de que pudiera darme cuenta, estábamos en cdmx caminando a través del bosque y alimentando las ardillas; no tenía noción del tiempo, pero se hacía la tarde y veíamos los tonos rosados en el cielo"

No quiero ser un espejismo de lo que solía ser.
No quiero ser un fantasma de lo que pudiera ser una decision más complicada.
Un momento deliberado en un callejón por la noche mientras espero tu llegada.

Momentos aleatorios de una seguridad inexistente.
el estar haciendo cigarrillos en medio de una fiesta sin tener la certeza de poder volver a casa.

todas esas situaciones en las que he me he preguntado , ¿Es este el fin?

conversaciones aleatorias con extraños, y de pronto sigo sin entender a que se refieren cuando hacen silencio y esperan mi aportación a la conversaron.


sigo siendo el mismo punto perdido entre debates de índole urgente en el mundillo pseudoartístico regio.


¿debería dejar de escribir ebrio?

no, hasta que llegué a casa.

no soy un interacción preestablecida mientras cargas algo de batería y sale el café.



18.3.20

A




Es domingo, estoy en un lugar que desconozco; miro a mi alrededor y poco a poco va tomando forma; es Tampiquito, es el Autocity, hay circo y personas desayunando, de pronto y de la nada aparece; saluda como si fuéramos amigos de toda la vida, me saluda habla, como quien está nervioso y tiene miedo del silencio, sigo incrédulo; sigue hablando y de pronto caminamos. 

Luego despierto, estoy en casa, hay un silencio absoluto, no hay nadie en casa. Voy al baño mi vejiga me lo pide. Regreso a la cama pensando fue solo un sueño, espero poder volver a dormir. 

De nuevo estoy en otro lugar como un corte etéreo que me lleva al río santa Catarina y estamos en una banca como platicando, hay más gente por eso entiendo el contexto cero románticos, pero aun así sigo algo en shock como pensando que carajos haces aquí. Tranquilamente y llenando un formato de inmigración, me pregunta, y qué has hecho cómo has estado cuéntamelo todo. casi obedeciendo le pongo al día, le digo de mi trabajo actual, de mis compromisos, mis estudios de todo. Y luego tomó un poco de aire y le digo “sabes, deberíamos hacer las paces, no es que pretenda que todo vuelva o sea como antes, pero no quiero andar por ahí pensando que aun hay gente que me odia o aborrece; además el sexo era pésimo”-. 

De pronto deja de llenar su formulario fm migratorio no se que vergas, y se ríe, ríe mucho y dice si verdad el sexo era terrible. Supongo que eso determina las amistades. La interrumpo (incluso en sueños suelo tener esa mala costumbre, m me regañaría si estuviera acá también) no es como que quiera volver contigo, solo estoy cansado de fingir ignorar a las personas sabes. 

Asiente un poco y seguimos conversando sobre la ciudad, contaminación y demás cosas sin sentido. 

10.1.18

Tráfico




Tráfico en cada maldita calle de esta ciudad; -me pregunto a dónde migrará el tráfico vehicular durante las madrugadas o las mañanas frescas- mientras los semáforos sincronizados marcan una sinfonía de luz.

las calles en hora pico se vuelven una orgía de decepciones que lentamente diluye el semblante de cualquiera con una hora en mente. cuál es la puta necesidad de ir rápido a todos lados.

Muerte a los cronistas y a las constantes líneas que suelen trazar, pues no dicen nada acerca de mi vida y constante conflicto entre vivir al día, tratar de sobrevivir a la contaminación absurda de la urbe, y los carentes sistemas representativos. ignoran a quienes despiertan entre las calles sin tener un rumbo definido, un resguardo del tiempo, algo.


Lo único relevante de tratar, es cómo se ven envueltos con quienes los ignoran; así, finalmente formamos un ciclo constante de ignorancia, pero no de la que habla desde el desconocimiento, más bien la que surge de omitir intencionalmente.

12.12.17

Mr. Tambourine
























"He pensado que las calles están solas por la hora, pero resulta ser el día 12 de diciembre y se les permite a las personas soñar más de lo que acostumbran."

No estoy seguro de si mañana tendré la oportunidad de divagar el pensamiento rumbo a la oficina, de tener la certeza de la impuntualidad y los ojos resecos. A momentos la ola de la ansiedad me arrastra a la costa de los pensamientos abrumantes y el sabernos fugaces, que cada momento que sucede nos queda menos vida. Lo detestable no es saberse morir, es saberse atrapado en un semáforo en rojo. No se si  esta mañana sea del todo yo, o sea una mezcla de alguien quien solía ser, que se ahoga en tiempo y labores cotidianas.  El campo está lleno de niños y niñas jugando, el equipo es casi equitativo en género y números, nunca terminé de entender cómo es que al global de personas menores de distinto género se les denomina niños. Incluidas niñas y demás, es algo que para mí nunca tuvo sentido.


Toma tus pertenencias y sal temprano por la mañana, pero no avises a nadie, y si escuchas alguna voz tratando de persuadirte mientras doblas la esquina y el sol se levanta cegando tu camino, que sepas que al final de cuentas, cuentas contigo.

14.3.17

Looms



A la muerte se le gana todos los días y a veces simplemente no. se le enfrenta y el despertar implica una victoria.

Quiero destruirlo todo hasta las cenizas, no dejar bordes ni espacios. Desaparecer. Surfear el trafico como un día de vacaciones, llegar a tiempo y ser un modelo estándar a seguir. Ayudar a los que me utilizan a tener mejores ganancias, escribir rápido y no perder el tiempo; involucrar procesos capitalistas dentro del vacío que crece cada mañana, tener menos tiempos muertos durante la ducha. Salir temprano de casa para poder ceder el asiento en el autobús. Cruzar la calle antes del cambio de luz, esquivar los charcos uno a la vez. Sortear los peatones a contraflujo y los vendedores ambulantes como minas de un trayecto ciego. Un autómata de las aceras y los cruces peatonales, la luz del celular interfiere la periferia de mi visión. El silencio interno crece mientras el ruido ambiente hace una especie de fade-in, la señora de junto se preocupa por el almuerzo. El mar de gente me abraza cada tarde, trata de juntar los pedazos de quien trato de ser. Voy disfrazado tratando de jugar un rol que no me pertenece, viendo por la micro-ventana como juegan fuera todos mis compañeros, hacen gestos con sus manos mientras me animan a integrarme; trato de no prestar atención mientras reviso el correo, no quiero distracciones.

Voy hilando las pocas palabras que llegan entre tareas, la hoja se va llenando a la par que va perdiendo el sentido, pero es bueno poder hacer varias cosas a la vez, perder la capacidad de concentración y dejar todo inconcluso. Me he quemado más veces de las que puedo recordar, cada día descubro una nueva torpeza, mis dedos se atrofian poco a poco, mi vista se mantiene. No es la mejor condición, aunque para ser sincero no es mi mejor mes; soy más bien como la ciudad, deberías verme radiante durante el otoño, en los momentos en los que la neblina se hace presente y la luz toma un papel protagónico, no es que sea del todo fotogénico.

Hace unas noches soñé que me perdía entre los pliegos de la persiana. Afuera amanecía, la calle tenía algo de humedad de la noche anterior. Los recolectores de basura estaban esperando terminar la calle, luego de unas casas más retrocedieron. La monotonía de mi sueño es una señal de que a estas alturas la sorpresa ha escapado del todo. Quiero soñar acerca de ella, de su piel suave, de los momentos de silencio, del vibrar incesante, de la torpeza repentina. Aún tenemos movimientos mecánicos que culminan fuera de nuestras dimensiones.


Con este texto no pretendo nada extraordinario, pues a la muerte se la gana todos los días y a veces simplemente no.

Suena la alarma.

Es hora de despertarse.

24.11.16

Vértigo



De pronto una ruptura un espacio habitable, como el de una concha mientras las olas golpean. El viento cobija cada línea y segmento; bañados en luz nos dispersamos entre ranuras y fragmentos. Movimientos erráticos firmes, de lento procesar como acumulando impacto. Sonidos regresan, dan la vuelta tranquilos. Espero sentado.

Hay algo absurdo en el vértigo, no en el sentido romántico de creer que la profundidad nos llama, nos atrae sin nuestro consentimiento y nos sentimos rendidos ante su imponente presencia. Va más en el sentido evolutivo, de saberse lejos de las ramas. Nos toma años poder separarnos de nuestros orígenes incómodos y por fin caminar erguidos, distanciarnos brevemente de aquello que nos mantenía a salvo.

Algo parecido sucede cuando las personas con las que interactúas siguen un rumbo distinto y de lejos puedes ver como la diferencia crece en aspectos diversos y te sientes aleado, pero no puedes evitar preguntarte donde estás parado ahora.

Hay un tercer aspecto, una clase de vértigo emocional; puedes ver los destrozos del naufragio inminente, los errores aguardando y las malas decisiones. Brevemente te seducen y temes caer. Aguardando frente a la plaza y el auto encendido; tu cigarrillo termina por consumirse y apenas y puede dar una bocanada. La luz se enciende, las puertas se abren. El auto arranca.


¿Qué haces?

19.8.16

Tezeta

¿Alguna vez te has preocupado por la curvatura de la tierra?

Son las 6:40 de la tarde y el bus va lleno, la gente se sostiene a como puede; las lluvias de la semana han dejado un clima nublado. Este no soy yo.

Una serie de imágenes llega, un arribo inesperado. Soy yo, en bicicleta sobre las aceras, levantando los pies de los charcos y pensando que no hay más que el viento en la cara y la hierba aledaña. Se esquivan los autos, pero no suelen apartarse tanto de las avenidas principales. Casi no hay personas que puedan constatar que sigo en algún lado. No hay mapas, ni rutas más cortas, no hay prisa, tampoco tengo en claro en cuanto tiempo llegaré a mi destino.

Durante las siguientes horas tampoco sabré mi paradero, no tendré en claro la hora de regreso, siquiera me daré por enterado quien llamó durante mi ausencia, los pendientes serán los mismos que al salir.

El semáforo hace un cambio de luces, comienza a llover. Es una tarde lenta de las que hace mucho no suceden.

Hoy tampoco tengo prisa.

24.6.16

Babel



Anoche soñé con A y fue traumático, desde la plática forzada en el café mientras el vuelo despegaba, hasta el hecho de saberme disfrazado; las personas aledañas me llamaban por otro nombre, tenía en claro que era yo y que trataba de evitar que me reconocieran; A por su parte, me tenía claro, podía verme directamente, saberme y odiarme. Sin embargo, las personas no parecían entender su enojo.

El vuelo era una especie de atracción turística, un viaje al pasado. Se omiten las náuseas y las sensaciones que caracterizan un vuelo, pero no la forma de la aeronave, ni los asientos reducidos, incluso los entremeses con mal sabor. Al final, estábamos en la facultad un día de mayo, justo en las escaleras frente a un compañero con una cartulina y en un momento de complicidad nos dimos cuenta que funcionaba. De pronto abordamos un taxi, salir de ahí era una prioridad, pero al encontrar uno, decidimos compartirlo. Luego hay un momento extraño donde todo se vuelve difuso y la alarma de mi celular llega y no entiendo que sucede.

Todo se derrumba, el taxista se vuelve un secuestrador, huimos, tratamos de escapar cada uno por su lado, pero la calle se vuelve una especie de torre babelesca y no hay salidas de emergencia. No logro entender nada de lo que sale de su boca y parece ser que ella ignora lo que sale de la mía, la gente alrededor nuestro parece desconcertada y nada tiene sentido.

Afortunadamente la alarma sigue sonando y logro escapar a tiempo.

9.5.16

Starman

Tres estatuas en un jardín te recuerdan.
sin una sola flor.

Me ha despertado el golpeteo constante en la ventana, he creído que alguien llamaba en la madrugada de lo que sería un lunes; después de mantenerme despierto unos segundos me he dado cuenta que es el granizo que se violenta contra la pared y la ventana y el resto que le sigue.
No quiero saber la hora, quiero creer que tengo unos minutos más para seguir rodando entre sábanas antes de salir a llenarme de voces que no conozco, de captar gestos que no son para mí, las manos atravesadas a la altura de mis ojos, los golpeteos entre cada estación y de pronto todo se calma un poco.

La ciudad tiene  días tranquilos y son una sorpresa del todo, como la semana pasada cuando de pronto no había nada de autos en las calles y daba un aspecto de abandono; caso contrario al caos vehicular cuando las grúas ponían unas vigas de acero esta tarde.

A veces los silencios en el auto de regreso a casa son como pequeños oasis, D voltea por la ventana mientras el tráfico no avanza, generalmente es cuando estamos en el paso a desnivel y se ven a los lejos las casas y las fabricas entremezcladas sin un orden benevolente; otras veces vamos husmeando entre los conductores vecinos, escuchando lo que ellos dicen o escuchan a la par, viendo lo que hacen o de qué manera lidian con la hora pico.

En ocasiones, D y yo tenemos una conversación y no hablo de meramente decir una bola de estupideces sin orden especifico, más bien tocamos un tema central y tenemos un momento de conexión con la complejidad de lo que ocurre en esta ciudad; quisiera mentirles y decirles que hablamos de temas trascendentes para el desarrollo de la humanidad, peor los temas son de trascendencia local, como las veces en que mi jefe ha puesto dinero de más en mi pago por error y si mi moral debería devolverlo, o las veces en las que D dice que no hay más y suelta la bocanada mientras maneja con la rodilla, pues ambas manos están ocupadas entre la boquilla y la ventana.


Y justo cuando estamos llegando a una conclusión, resulta que estamos llegando del todo.

2.5.16

Chances

Entonces, para mi era muy relevante que al cumplir los 27, van Gogh me acompañara a todos lados, que estuviera en el momento en el cual los perros dejan de ladrar y las lámparas serpentean entre el viento y los árboles; que de alguna manera se pudiera poner al tanto de lo que ocurre y luego ya en casa, al cobijo de la tranquilidad hogareña me diera su veredicto.

El compañero de ruta, como quien se pasa los problemas en el dilema del circunloquio absoluto, y ahí en el centro de todo el silencio, entre los nudos de garganta y el dolor de cabeza; llega de un golpe con la solución adecuada y el momento se torna una victoria.


Aún y cuando no suceda del todo así, siempre quedaran las noches melancólicas, las mañanas llenas de color, y los girasoles salvajes. A pesar de las peleas absolutas y disputas de opiniones encontrados, uno siempre termina en el mismo barco.


1.3.16

So, we are making decisions or what?



Todo es acerca de decisiones. Las hacemos o nos hacen, nos arrastran y no hablo acerca de  una aproximación metafórica ni un eufemismo para las drogas ilegales, ni acerca de ser un viejo loco gritando en el parque a las copas de los árboles, ni mucho menos a los niños que se atraviesan a lo largo de la pista.

Hablo acerca de miles de directrices que se forman frente a nosotros y simplemente se esfuman al menor presentimiento, hablo acerca del intervalo entre pedir la cuenta o pedir la siguiente ronda, de la luz tintineante que llena de colores frescos los azulejos viejos del baño.

El golpe mórbido de realidad entre el tráfico de entre semana, de ese que se llena de resignación y tiempo-basura entre pantallas. El cambio constante entre tareas que nosotros mismos nos asignamos, por placer o gula social. El ver qué más hay, tratar de querer llenar ese vacío creciente que por más labores y relaciones interpersonales siempre terminar agrietando los pasos.

Hay silencios que no son una decisión, se sienten como impuestos por el contexto inmediato; o se sienten una elección premeditada y no tienen una carga que no termina de disiparse.

No he terminado de comprender de qué va todo esto, pero tampoco tengo alguna prisa por entenderlo; más bien solo quiero tomar una decisión y aférrame, pues el no tomar decisiones conlleva una elección que tiene  una mala mano, 7-2 me dirían en la mesa y me recomendarían foldear de inmediato; todo para descubrir una escalera de situaciones que se vuelven absurdas al momento de haber renunciado.


Entonces, en algo así se resumen todas las hojas que he usado en los últimos meses, las libretas llenas, plagas de giros y líneas. Algunas incluso tienen horas específicas y tiempos y cafés. Pero sobre todo tienen algo de mí, algo que no escapa a mis decisiones, ni a lo que hago, son una extensión de lo que sea que esté sucediendo acá arriba y que cada vez busca salir de poco en poco. Es la pesadez sobre los hombros, el nudo en la garganta, y el  snooze infinito entre la vida y mi vida.

8.2.16

Miedo

Todo lo que ha sucedió desde mi ausencia se resume en frases sin sentida dictadas a través de mi ordenador, el golpeteo a ritmo variable con sentencias que reflejan la ausencia y vacío que los hospitales albergan, de pronto quiero hibernar y no saber nada de mi contexto inmediato ni de mi tiempo presente, saberme lejos de alguna manera y despertar al final de todo.

De alguna manera me las he arreglado para sortear los bombardeos constantes de la social media y tener una sensación de ser yo. Probablemente eso  es lo que ha ideado algún publicista tratando de eludir el declive de la comercialización obvia, nos entrega un respiro para sentirnos nosotros de nuevo y no descubrir el truco obvio con tanta insistencia.

Si hay que resumir de algún modo todo en una frase certera sería: Tengo Miedo

Miedo a lograr lo que me propongo, así como miedo a no lograrlo. A ver la bandeja de mí correo y recibir el sí. Tengo miedo a la ciudad ajena y a la ciudad de siempre. Al saberme solitario en los espacios llenos de desconocidos. El saber la hora y saberte lejos. Miedo irracional e idiota, como su dueño que duerme y se sabotea a sí mismo. Miedo de siempre tener el mismo papel y no poder reinventarme. De sonar y verme siempre igual y no llegar a lugares nuevos, de ser siempre la misma persona y la lucha ya no es ser distinto a los otros, todo ha mutado suavemente y apenas pude percibirlo, la lucha es ser distinto a uno mismo, el renovarse y llegar a nuevos aspectos y facetas.


14.12.15

We're Dreaming


Hoy regresaron de nuevo, fue como ver a un amigo de toda la infancia ya cuando se es adulto y se está bien inmerso en toda la sarta de problemas que conlleva; entre la renta y los gastos fijos que se tienen al final del mes, las declaraciones y el lidiar con el contador; regresaron. Hacía tiempo que no se les dejaba ver ni un rastro, ni un esbozo de lo que iban, es por eso que cuando llegaron pase el día entero en una especie de trance, no termine mi café, la cama quedó a medio tender y ni hablar de los platos.

Al comienzo, estaba frente a un espejo, al parecer en un cuarto de baño que desconozco, o bien pudiera ser que se trate de muchos cuartos de baño, pero en el instante no podía determinar qué de cada cual. Parece ser que procedía a peinarme como de costumbre y esto no me hizo extrañar, no siquiera al verme barbado, ni con  el cabello no tan largo; había algo de vapor en el ambiente, el espejo se complicaba entre el reflejo y  mi presencia.

Lo que más me hizo cuestionarme todo, fue el momento en el cual se me comenzó a desprender el rostro, el quitar de manera premeditada cada capa restante,  el verme deformado entre el paño del espejo, las capas malformadas de mi cara, y la sangre.


7.5.15

Playground Love




Eres el lugar en el que quiero estar siempre, aún y cuando implica el traslado. Gustoso documento las extensiones de mi mente, voy extendiendo mis pliegos, de pronto la ciudad se asemeja a un lugar maravilloso del cual tengo un vago recuerdo, tu silencio es la noche y tus brazos son  los sillones en los cuales me mantengo cautivo, el martes se vuelve un fadeout de la semana y su azote repentino, las llamadas justo antes de salir se vuelven insignificantes. Con un movimiento simple me llamas, es algo cautivante y delicado, me sorprende poder entenderlo. Quisiera una inherencia mutua como la libertad es a nosotros, unos lapsus donde todo tenga su lugar en el universo y sin embargo tener la misma sensación de caída libre, el caer completamente el uno en el otro sin ningún control.

De pronto soy solo un viajero entre tus costas, sorteando los peligros y las vistas salvajes, sabiendo que en cualquier momento se puede dar la tregua entre lo caótico de la situación. No hay prisa, pero tampoco es camino por el cual apurar el paso.


En la periferia las botellas se van llenando de ingenuidad, esta noche no queda más que ser unos extraños que se esfuman entre las calles del centro.

1.1.15

Año cero.



Bueno año, yo no te agrado y tú no me agradas; así es la situación, pero ¿qué le va a hacer uno?

Haciendo una especie de retrospectiva dentro de toda la mierda que está sucediendo en el país en los brazos de mi querido gobernador y mi amado presidente, los constantes casos de desapariciones y la fragmentación absoluta que se puede sentir al pasar junto a un desconocido, las noches paranoicas al ver a los policías transitar alumbrando las aceras en busca de un motín para cenar, los constantes abusos que debe sufrir algún distraído en la parte posterior de un taxi, pues su modo de vida implica el “ser más listo”, la estúpida astucia de los entrevistadores a la hora de hablar de un sueldo en una ciudad como lo es monterrey, claramente uno puede ser una especie de cordero, esperando el ataque justo en la yugular “vamos cariño, solo hazlo deprisa”, la ciudad no tiene tiempo para saborear la carne fresca, lleva un tiempo considerable esperando y es la misma espera la que prolonga su excitación abrupta por tragar y tragar, no hay tiempo para destacar los sabores exóticos de almas errantes, de viejos adeptos y de ciclos inminentes.

Este proceso absurdo es el mismo que nos ha condicionado a vivir mimetizándonos con el estilo de nuestro captor: el vivir rápido, comer rápido, trabajar rápido y hacer el menor escándalo posible. No salir del área de congelados mientras hacemos fila en la caja exprés; domiciliar los pagos, evitar el uso de efectivo, pues el uso del plástico garantiza una eficiencia innecesaria. En resumen pasamos ahorrando nuestro tiempo para terminar gastándolo  entre las indecisiones de qué nueva película ver, leyendo viejas aventuras obras todas de la maquinación de personas que se tomaron un breve momento para vivir.

No a todo lo anterior.

Mi postura oficial y en resumidas cuentas, podría ser algo como: me rehúso a seguir apresurando las cosas, voy a tomarme el tiempo que me queda, voy a terminar de beber mi café con la atención que me merezco; quiero proveerle algunos nuevos trucos a este planeta que no se detiene por nadie (aunque eso implica ignorar el contraflujo que provocan los océanos y mares, detalle por el cual cada ciertos años perdemos unas milésimas de segundo; aunque eso sería lindo, el saber que todo puede ser) dejarle algunos árboles y flores, recortes y pinturas absurdas, unas líneas con disfunciones disléxicas, usar mis manos, porque qué pena morir sin cicatrices, hablar, pero también detenerme a escuchar lo que quieren decir las personas que me importan.


A grosso modo: me la pelas 2015

27.12.14

Estamos


I
Yo sé que muchos te han siempre dibujado, quienes cantando a tu oído con una voz clara dicen que te quieren, incluso quienes se apresuran a tus brazos llegan a tropezar con ellos.
Me gustaría tener la certeza de excluirme, pero sé que no es así.

Entre el vaivén de transeúntes, camiones y autos; entre los edificios con fachadas desgastadas, las horas fugándose y los rezagados  haciendo el balance de la semana. La iglesia cerrada con las luces por toda la fachada y los candados puestos. Todos esos reflejos en los vidrios vecinos y ninguna familiaridad.

II

De pronto todo pareciera una ficción incontrolada, una ficción a la cual se le han planteado de lleno los parámetros iniciales y se le ha dejado correr con libertad, jugando, alterando y equilibrando las situaciones.
Entonces: tu voz en la oscuridad, tu mano entre los peatones, tu voz entre la multitud, adiós huida, tu mensaje mensaje.

Luego uno se encuentra con la plaza desocupa, el museo con la calma de un domingo y la amabilidad desconcertante de los pocos seres errantes.

III

De pronto tengo una ansiedad incontrolable y la idea me embiste por enésima ocasión, son casi las 4 y debería irme a dormir, pero dormir es algo que no quiero en este momento. La luna se ha esfumado hace unos días y justo se encuentra en el proceso de reaparecer. Lo único que quiero es escucharte y que me narres lo que sea que esté sucediendo.

Luego tengo un momento de claridad y la ansiedad parece tomar una dicción.

A momentos temo quererte tanto que incluso pueda abrumarte, ya sabes, como cuando pones demasiada agua al árbol que está bajo tu cuidado y termina por caer frente a ti. es la misma corrosión proveniente de la humedad constante la que me mantiene despierto, el hilo de tu voz es una travesía en aguas tranquilas, que con ciertas lagunas no puedo evitar añorar.


No me queda en claro la obsesión que solemos hacernos alrededor del agua, pero a estas alturas no quiero desviarme con existencialismos; tu voz sigue flotando por toda la sala, invade parte del comedor, lentamente se filtra por debajo de las puertas. Los perros en el patio se dan cuenta de la situación y tratan de advertir, pero es demasiado tarde: justo llegas hacia ellos. Calmos se recuestan y terminan de hilar el final.

17.12.14

Tus Sueños.



Lo normal es un martes, la llovizna, los baches, las demoras y demás situaciones mundanas. Por tu parte: las viejas historias, los recuerdos olvidados en los baúles, el ser cursi ( me disculpo por eso y referente a ello, quisiera aclarar que no es siempre, sino que la situación es que tengo muchas ganas de hacerte feliz, pronto tendré alguna especie de equilibrio entre el ser cursi y ser un tipo no cursi),  una fascinación que no consigo comprender del todo ( ¿y quién lo necesita?) unos pasos mal coordinados mientras la sombrilla va golpeando las ramas de los árboles.

Las mismas calles del centro, que claramente van tomando otro contexto que no consigo comprender.


Las hojas futuras de los calendarios con destinos inciertos y planes concretos.

16.12.14

Esta nota habla de cómo trato de explicarle a hemingway que te quiero, todo esto en medio de un barco con rumbo perdido al cual se le aproxima una tormenta; La cual diezma la tripulación pero deja en claro el audaz espíritu de supervivencia de hemingway. Todo esto ocurre mientras dormimos con gesto apacible en una ciudad lejana y nadie sospecha que te quiero, porque en esos temas nunca debería existir sospecha.

No tengo en claro como comienza todo, pero estamos en alta mar y están Luis, hemingway y demás, hay un lugar al que le tengo pavor, es un salón donde aparece una anciana. El salón tiene una duela que cubre toda el área, un candil cuelga en el centro de la habitación y es el que ilumina la misma. Afuera el sol se va ocultando, va en una caída lenta en la dirección opuesta a nuestro destino. No puedo recordar lo demás.
Hemingway da un brinco por la borda, comienza a nadar entre las olas suaves que tiene nuestro alrededor, sus brazadas enérgicas lo mantienen a la par del barco, dentro la gente sigue con la calma de no ver la marea.

Los fantasmas se hacen presentes y todo comienza a empeorar. La presión del agua comienza a romper las ventanas de los camarotes, todos caemos como en una coladera, el candelabro central hace un hueco mayor en la duela y todos comenzamos a deslizarnos irremediablemente.

Aquí en específico solo recuerdo el agua entrando violentamente por la nariz, un frío espantoso, una humedad absurda, madera flotando y la soledad del océano (vaya drama).

Dentro de poco anochece (de nuevo) y Hemingway arriba tranquilo, y se pone junto a mí. Yo procedo a explicarle que no entiendo como se ha jodido todo, que el aura tan tranquila que teníamos es lo que ha terminado por hundirnos. El ríe brevemente, voltea a ver la luna imponente sobre nosotros, enseguida me dice que es el destino de las cosas, la naturaleza todo lo jode. Sus palabras me dejan pensando unos momentos más, me dejan abstraído de la humedad, de la fatiga y de lo absurdo de todo; tu risa me golpea de improviso, tus manos y una imagen breve de ti volteando para otro lado.

Entonces ahí me tienes, en medio del océano, en un naufragio fallido, junto a Hemingway, con la jodida naturaleza  y tu recuerdo como aminorando el drama. le digo que te quiero, que simplemente no tiene sentido nada, ni siquiera lo anterior descrito, le digo que él está muerto, que hace años de ello y que siquiera pudiera entender lo que dice, sería un fallido intento más, pues tengo una certeza racional de que él no es él.

Al final, solo se carcajea enérgicamente y me lanza unas palabras finales: las cosas son lo que uno cree.

Como conclusión entonces puedo decir sin temor a equivocarme que:
1-      Te quiero.
2-      Hemingway está muerto

17.11.14

No puedo dejar de soñar contigo.

El ritual suele ser el mismo: al llegar me quito los zapatos y me recuesto con todo y mochila sobre la cama, enseguida enciendo un cigarrillo y lo fumo viendo la pared del pasillo. Dejo pasar unos minutos, unas horas, el mayor tiempo posible entre el arribo y la llegada; quiero prolongarlo todo, dejarlo hasta que se me olvide, pero no es así, todo toma más fuerza; en este punto ya no hay nada que hacer.

Lo primero es cambiarme, ponerme cómodo, dejar de ser el yo que lidia todo los días con la parte exterior del mundo, tener ropa que me recuerde lo que se supone debe recordarme. Luego los textos, unas breves líneas, unas breves memorias. de pronto los trigales, las oleadas de viento, y algo de polvo. entre los senderos lejanos y caminando, tu presencia.


Estoy cansado; cansado de ti y de mí. Cansado de lo que implica no poder hacer nada al respecto, de tener que lidiar con el desconcierto incontrolable. Brevemente estoy llegando a un punto de equilibrio, en donde lo natural es despertar exhausto.